miércoles, 11 de junio de 2008

La secta de los cruceristas

El pasado fin de semana tuve la oportunidad de visitar un crucero que hacía escala en el puerto de Barcelona: el "Brilliance of the Seas" de la compañía Royal Caribbean. A lo largo de la visita del barco debes pellizcarte de vez en cuando para mentalizarte que no estás en un gran hotel de lujo sino en un barco.

Cuando vas a una visita de este tipo esperas encontrarte a otras personas que no han viajado nunca en un crucero y que quieren tener una primera toma de contacto y experimentar cómo es la vida en su interior. Craso error. El resto de visitantes no sólo eran cruceristas expertos (hasta 11 cruceros pude observar en la tarjeta de fidelización de alguno de ellos) sino que eran también visitantes de cruceros expertos. "Han cambiado la tapicería de las butacas del anfiteatro" escuché a una de las visitantes... Debe ser una droga que, camuflada en el buffet, ingieres en el primer crucero que haces y que te obliga a visitar una y otra vez los mismos barcos, incluso realizando decenas de cruceros en ellos.

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